El hecho de no mover ni estirar el brazo para evitar el dolor puede propiciar contracturas musculares que perpetuarán el dolor y la falta de movilidad. Es necesario romper este círculo vicioso cuanto antes y recuperar la movilidad. El ejercicio físico tiene un papel crucial en la prevención y paliación de las consecuencias físicas de la mastectomía, en especial del linfedema.
El ejercicio es importante, pero debe evitar sobreesfuerzos y aquellos deportes en que se empleen excesivamente los brazos (tenis, esquí, etc.). La natación puede ser un buen ejercicio.
También se debe acudir a un fisioterapeuta especializado en el ámbito de la oncología para iniciar un programa de ejercicios respiratorios y movilidad del brazo afectado. El fisioterapeuta aplicará el tratamiento adecuado según su problema.
Entre las técnicas de fisioterapia de apoyo al tratamiento del cáncer de mama más empleadas están
• El drenaje linfático manual: no es un simple masaje, se trata de maniobras muy suaves, cortas y repetidas que se realizan en la piel de forma muy superficial, siguiendo el vaso linfático afectado para flexibilizarlo. Las vías linfáticas se recorren desde un sentido proximal (primero clavícula, espalda, hombro) hacia distal (finalizando en la mano). La duración suele oscilar entre 30 minutos y 1 hora.
• La presoterapia: consiste en un manguito que comprime el brazo mediante el llenado y vaciado de una serie de compartimentos. Se debe colocar siempre después de haber realizado el drenaje linfático.
• El vendaje compresivo: se realiza con vendas especiales, con un 70-100% de dilatación, aplicadas después de una venda de algodón en todo el brazo. Se debe llevar hasta la sesión siguiente (durante 24 horas).
FUENTE: Colección ONCOVIDA.