Una vez en la etapa de recuperación del cáncer de mama y habiendo pasado por una mastectomía, por lo general, la alimentación de la paciente mastectomizada no necesariamente debe ser distinta de la que tuviera antes de la intervención. Sin embargo, sí hay alimentos y hábitos de vida saludable que pueden mejorar la sensación de bienestar significativamente.
Consejos para llevar una dieta equilibrada y vida saludable tras el cáncer de mama
Es recomendable una dieta equilibrada, siendo beneficioso para la salud seguir algunas normas de alimentación:
- Evitar el aporte excesivo de grasas.
- Consumir cereales integrales, como el trigo sarraceno, legumbres, verduras y frutas en cantidades importantes.
- Aumentar el consumo de proteínas (carne y pescado) así como el de leche y derivados.
- Reducir el consumo de sal.
- Tomar con moderación alimentos en salazón y ahumados.
- El ejercicio físico de forma moderada y progresiva mejora la digestión y facilita la circulación sanguínea.
- ¡Y no olvidar salir a tomar la Vitamina D! Proveniente del Sol y muy importante para fijar el Calcio en los huesos.
¿Qué alimentación y pautas seguir para prevenir recaídas en el cáncer de mama?
Si bien cada caso es único y las necesidades pueden variar, existen algunas recomendaciones generales que pueden ayudar en la recuperación y en la prevención de recurrencias. Las citamos a continuación:
Mantener un peso saludable: estar en un peso adecuado es importante para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de mama. Esto puede lograrse a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular.
Consumir una dieta rica en frutas y verduras: son fuentes importantes de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que pueden ayudar a mantener el sistema inmunológico fuerte y reducir el riesgo de recurrencia del cáncer.
Limitar el consumo de alcohol: esta sustancia se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que se recomienda limitar su consumo o evitarlo por completo.
Limitar el consumo de alimentos procesados y carnes procesadas: este tipo de alimentos pueden contener aditivos y conservantes que pueden ser perjudiciales para la salud. Se recomienda limitar su consumo y optar por opciones frescas y naturales siempre que sea posible.
Incorporar grasas saludables: optar por fuentes de grasas saludables como aguacates, nueces, semillas y pescado azul puede ayudar a reducir la inflamación y promover la salud cardiovascular.
Consultar con un dietista o nutricionista: es importante trabajar con un profesional de la salud especializado en nutrición para desarrollar un plan de alimentación personalizado que se adapte a las necesidades individuales y objetivos de salud después del cáncer de mama.