Que la nutrición es un pilar fundamental para la salud general de nuestro organismo no es nada nuevo, pero, desde hace algún tiempo, se están oyendo voces a favor y en contra de la corriente nutricional para la prevención, e incluso para el tratamiento del cáncer. En este no vamos a posicionarnos, ni mucho menos a realizar afirmaciones que solo un científico podría hacer, pero sí que nos gustaría informar acerca de este tema, ya que, sabemos que es de gran interés para muchas personas que hoy lidian con esta enfermedad o que ya la han superado y quieren evitar una recaída. ¡Sigue en este post si tú también saber más acerca de la dieta oncológica!
¿A qué se refieren los nutricionistas cuando hablan de dieta oncológica?
La dieta oncológica es un término que utilizan los nutricionistas para referirse a un plan alimenticio específicamente diseñado para pacientes que están luchando contra el cáncer, pero bajo ningún concepto se recomienda como tratamiento médico principal ni se garantiza la recuperación del paciente.
Básicamente, se centra en proporcionar los nutrientes necesarios para ayudar al cuerpo a combatir la enfermedad y a tolerar los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia. Esto puede implicar ajustes en la ingesta de ciertos alimentos para optimizar la nutrición y minimizar los efectos secundarios de los tratamientos, como la pérdida de apetito, las náuseas y la debilidad. En resumen, la dieta oncológica busca apoyar la salud y el bienestar durante el tratamiento del cáncer, y en nuestro caso, durante el cáncer de mama.
¿Es lo mismo una dieta equilibrada que una dieta oncológica?
Entonces, sabiendo en qué cosiste una dieta oncológica, ¿se podría decir que es lo mismo que una dieta saludable? Aunque comparten algunos principios, no son exactamente lo mismo, ya que la dieta oncológica incluye alimentos preventivos del cáncer y otros que se ha comprobado científicamente que fomentan alguna función orgánica. Esto puede incluir aumentar la ingesta de ciertos nutrientes, controlar la ingesta de otros y adaptar la dieta según los síntomas y efectos secundarios del tratamiento.
¿Qué alimentos recomienda la OMS para prevenir el cáncer y durante la terapia?
- Frutas y verduras: son ricas en antioxidantes, vitaminas y fibra, lo que ayuda a proteger las células del daño y promueve la salud en general. Las verduras crucíferas como brócoli, col rizada y coliflor son especialmente beneficiosas debido a sus compuestos anticancerígenos.
- Pescado rico en ácidos grasos omega-3: el salmón, las sardinas y el atún son buenas fuentes de ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, así como a mejorar la salud cardiovascular.
- Legumbres: son una excelente fuente de proteínas vegetales, fibra y fitoquímicos que pueden ayudar a prevenir el cáncer y a mantener una dieta saludable durante la terapia.
- Alimentos ricos en fibra: la fibra ayuda a mantener un sistema digestivo saludable y puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Frutas, verduras, legumbres y granos enteros son buenas fuentes de fibra.
- Granos enteros: Son una excelente fuente de fibra y nutrientes, y pueden formar parte de una dieta equilibrada para prevenir el cáncer y proporcionar energía durante la terapia.
- Té verde: contiene antioxidantes como los polifenoles, que pueden ayudar a proteger las células del daño y a inhibir el crecimiento de tumores.
¿Y el café? ¿Puede ayudarnos a prevenir la oxidación de las células?
Aunque hace como 25 años, se creía que el café podía ser cancerígeno en exceso, recientemente, la comunidad científica ha publicado diversos estudios alrededor de todo el mundo que desmienten esto por completo. Fácilmente, el café puede ser la bebida o, incluso producto, más consumido alrededor de todo el mundo y por más personas, por lo que, es un campo muy interesante de investigación.
Existen diversas variedades de café y, obviamente los nutricionistas e investigadores, se refieren a los beneficios que aporta el café de calidad al organismo para prevenir la oxidación de las células y, por lo tanto, prevenir el cáncer. Por contra, el café torrefacto o muy tostado, sí que puede ser perjudicial, al igual que cualquier otro alimento quemado.
Un estudio de la Universidad de Navarra relaciona la ingesta de café con la disminución del riesgo de sufrir cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas
Dicho estudio, dirigido por Andrea Romanos-Nanclares, investigadora del CIBEROBN en la Universidad de Navarra, ha explorado cómo el consumo de café puede influir en el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Este estudio, que forma parte del Proyecto SUN y que incluyó a 10.812 mujeres seguidas durante 10 años, analizó la relación entre la ingesta de café y el cáncer de mama. Aunque no se encontró una asociación general, sí se observó que las mujeres postmenopáusicas que tomaban más de una taza de café al día tenían un menor riesgo de desarrollar la enfermedad.
El hallazgo no se atribuye a la cafeína, sino a otros componentes del café, como los ácidos fenólicos, diterpenos y ácidos clorogénicos, que tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitumorales. Estos compuestos están presentes en el café en diferentes proporciones según la variedad y preparación. La Dra. Estefanía Toledo, directora del estudio, destaca la necesidad de más investigaciones para confirmar estos resultados. Este estudio refuerza la idea de incluir el café en una dieta saludable para ayudar en la prevención del cáncer de mama.
¿Qué sustancia utilizadas hoy en día por la industria alimentaria han clasificado la OMS como cancerígenas?
Aunque pueda parecer surrealista, a día de hoy, en la industria alimentaria se siguen utilizando algunas sustancias que la OMS ha catalogado como cancerígenas. Ejemplo de ello es el glifosato, un herbicida de amplio espectro utilizado para eliminar malezas en los cultivos, pero también se ha encontrado en pequeñas cantidades en algunos alimentos como resultado de su uso en la agricultura. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que es parte de la OMS, clasificó al glifosato como “probablemente carcinógeno para los seres humanos” en base a la evidencia limitada en humanos y suficiente en animales de experimentación.
Además, de nociva para los humanos, el glifosato es letal para el medio ambiente. En palabras del responsable de Agricultura de Greenpeace España, Luis Ferreirim, este tóxico es un arma de destrucción masiva, que afecta muy negativamente a la biodiversidad del agua y del suelo.
A pesar de estar esta sustancia en el punto de mira de la OMS, existen otras muchas provenientes de la agricultura y ganadería intensiva que se deben evitar para prevenir el cáncer o durante su tratamiento, por lo que, sin duda alguna, la mejor opción es consumir productos de cercanía y ecológicos. Recuerda que invertir en tu salud siempre es la mejor opción.
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